Diversos enfoques con el punto de mira en Canal Roya en las jornadas de patrimonio de Sabiñánigo

Varios colectivos y personas a nivel individual, comprometidos con nuestro patrimonio, organizaban unas jornadas de sensibilización congregando a expertos y asociaciones para dar a conocer a la ciudadanía sus diferentes puntos de vista sobre los diversos aspectos de ese legado que para los administrados es un derecho, y para las administraciones un deber, el de su promoción, mantenimiento, conservación y puesta en valor.

Diversos enfoques con el punto de mira en Canal Roya en las jornadas de patrimonio de Sabiñánigo.
Diversos enfoques con el punto de mira en Canal Roya en las jornadas de patrimonio de Sabiñánigo.

Diversos enfoques con el punto de mira en la Canal Roya

Se suceden las iniciativas para dar a conocer nuestro patrimonio, entendido en su más amplio sentido del término, porque es un concepto tan extenso que casi es inabarcable. Una apuesta para hablar tanto de lo material como de lo inmaterial, tanto de lo cultural como de lo arquitectónico, de lo arqueológico, de lo artístico, y de todo, cómo no, referente al mundo natural.

Varios colectivos y personas a nivel individual, comprometidos con nuestro patrimonio, organizaban unas jornadas de sensibilización congregando a expertos y asociaciones para dar a conocer a la ciudadanía sus diferentes puntos de vista sobre los diversos aspectos de ese legado que para los administrados es un derecho, y para las administraciones un deber, el de su promoción, mantenimiento, conservación y puesta en valor.

Amara Carvajal, Ester Pardina, Carlos Fernández y Francesc Pérez, como organizadores de las jornadas llevadas a cabo los días 16 y 17 de septiembre, elaboraban un programa en el que rezaba “un conjunto de profesionales del ámbito del patrimonio nos hemos juntado con el interés de concienciar y resaltar el enfoque cultural de los paisajes de montaña”, y que contaban con la colaboración de De la Roca al Metal, Ecologistas en Acción, Asamblea Canal Roya y la Plataforma para la Defensa de las Montañas de Aragón.

Diversos enfoques con el punto de mira en Canal Roya en las jornadas de patrimonio de Sabiñánigo.

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Ponencias para un enfoque diferente

Por una parte, en el salón de actos del Centro Cultural Durán Gudiol de Sabiñánigo, el sábado tenían lugar diversas ponencias para, con una óptica diferente, dar a conocer cada una de ellas su visión o su experiencia sobre las actividades y proyectos en las que, a nivel personal o asociativo, estaban implicados. Las intervenciones personales estaban protagonizadas por Abel Berdejo, que exponía la importancia de los estudios acerca de los vestigios megalíticos, señalando lo mucho que queda por investigar. Carlos Fernández, de la Politécnica de Madrid, y Federico Fillat, investigador ligado al IPE-CSIC, daban su visión sobre la modulación del paisaje debido a la actividad pastoril, y la gran transformación que ha tenido en las últimas décadas por la reducción a mínimos de dicha actividad.

Amara Carvajal, conservadora-restauradora de patrimonio, aprovechaba su turno para presentar proyectos de construcción tradicional como motor de desarrollo económico y valor del territorio, mostrándonos diversos ejemplos de recuperación de suelos musivos, o empedrado tradicional. Myriam Estella provocaba la admiración del auditorio al mostrar su proyecto de recuperación, junto con tres amigas, de una casa solariega en Montón (Zaragoza), que salvaban de la piqueta haciendo frente a grandes y numerosas dificultades, tanto legales como económicas,

El espacio dedicado a las asociaciones también estaba ocupado por destacadas ponencias, como la de Belén Boloqui (Apudepa), colectivo que “tiene como objetivo la defensa activa del legado cultural en el ámbito de Aragón, apostando por una acción ciudadana que conduzca hacia una sociedad más justa, culta y libre”. La Asociación para la Recuperación de los Castillos de Aragón (ARCA), estaba representada por José Manuel Clúa, quien ponía en valor los asentamientos de carácter castrense que, con mejor o peor suerte, se conservan en el alto valle del Aragón, abarcando un amplio espacio de tiempo, desde los siglos XI al XX.

No podían faltar asociaciones de origen local como Amigos de Serrablo, de notable trayectoria, cuya presidenta, Pilara Piedrafita exponía sus actividades y proyectos. Nos recordaba la implantación territorial que llevan a gala en el nombre de la asociación, y que se ocupa de la preservación del patrimonio cultural de dicho territorio, con la recuperación de 25 iglesias medievales, otros elementos de arquitectura civil y multitud de aperos empleados en los distintos oficios desarrollados en los pueblos de las montañas, y recogidos en el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo, destacando también la recuperación del castillo de Larrés  como Museo de Dibujo Julio Gavín-Castillo de Larrés.

O Zoque, asociación que comenzaba con el siglo en Yebra de Basa, está comprometida con el patrimonio de Ballibasa y Sobrepuerto. Su presidente, Alejandro Urría, exponía las actividades, marcadamente en torno a la cultura de santa Orosia y su santuario, pero trabajando también en la restauración arquitectónica, conservación de caminos, incluso en la publicación de la Guía de Sobrepuerto, trabajo enciclopédico que recoge múltiples aspectos de la vida de la docena de pueblos y pardinas que habitaban esa singular subcomarca. El principal anhelo de la asociación es la declaración de Paisaje Protegido de Sobrepuerto y Santa Orosia, como unidad singular paisajística y etnográfica.

Otra de las zonas deprimidas demográficamente es La Galliguera, donde se constituía en 1985 la asociación Artiboraín, acrónimo que comprende los nombres de las localidades de Artosilla Ibort y Aineto, cuyo integrante Jesús García, nos hacía partícipes de su actividad, y que nació de la necesidad de solventar la situación legal de gentes que habían acudido a Aineto en busca del desarrollo rural. El objetivo principal era el de la reconstrucción, repoblación y revitalización de los pueblos, llegando a crear diversas actividades económicas cooperativas y sostenibles, y la recuperación de alguno de los oficios tradicionales.

Todas las actividades expuestas están claramente enfocadas a “difundir iniciativas que fortalezcan la investigación, la promoción y el desarrollo, educando para que haya un interés y conocimiento que favorezca el relevo generacional, favoreciendo el intercambio y trabajo colaborativo, tan necesario para dar sentido al territorio y a las personas que lo habitan, favoreciendo así la economía rural, con este tipo de actividades actualmente en alza”, según indica Amara en su web.

El domingo, la Canal Roya sería el escenario para llevar a cabo la actividad programada

El domingo, la Canal Roya sería el escenario para llevar a cabo la actividad programada, y que era focalizar en este singular espacio natural las miradas tras las diversas visiones expuestas en la jornada anterior. Para ello, se habían organizado dos rutas, por nivel de esfuerzo, la A, que se llegaría hasta la Rinconada, y la B, que se quedaría por algún lugar más próximo al punto de encuentro común de ambas, que era el aparcamiento de l’Anglasé. En esta última, un reducido grupo, liderado por Ester Pardina, Víctor Ezquerra, Francesc Pérez y Danko Linder, se ponía en marcha por los alrededores, para dar a conocer los valores medioambientales de la Canal Roya, unos valores que sin duda tienen que contrarrestar las faraónicas pretensiones que los amenazan.

El otro grupo, más numeroso, nos dirigíamos hacia La Rinconada de la mano de José Miguel Navarro, quien nos amenizaba con su especial visión sobre multitud de especies botánicas que se encuentran al paso, sin pasar por alto los vestigios megalíticos en forma de crómlech, en número de cinco, en el promontorio del Mal Paso, como a mitad camino, una vez superada la cabaña de Lacuás.

Llegados al fondo del valle, se hacía evidente el alto valor ecológico del lugar, siendo un rico corredor biológico, concentrando elementos muy significativos, tanto geológicos, a los pies del pitón volcánico del Anayet, como botánicos o faunísticos, incluso arqueológicos, porque alberga elementos megalíticos, declarados BIC en Aragón, y que solo tienen sentido en ese paisaje y solo con ese paisaje.

Por Chema Tapia (texto y fotos)

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